¡SEÑORES ESTARÁN EN EBROVISIÓN 17!

LOS BILBAINOS SEÑORES, VALEDORES NACIONALES DEL MEJOR NOISE POP

Señores “La Luz”Al observar con detenimiento el mapa genético de Señores nos topamos con una cartografía artística tan reconocible como estimulante, que remite a una tradición fuertemente arraigada en nuestros subterráneos. Un código estético que combina rasgos del indie-rock, el punk y el hardcore para materializarse en partituras que son pura fibra. Un código ético que conduce cada movimiento del cuarteto bilbaíno e imprime carácter. Los pies en la tierra. La vocación invicta. El albedrío siempre libre. El timón, en sus manos.Señores no ha dejado de crecer en sus cinco años de vida. Y ha crecido a loalto. Su primer álbum, “Curso práctico de autoestima”, publicado a finales de 2013, nos descubrió un grupo ajeno a los lugares comunes del festi-pop contemporáneo. Ni exaltación épica ni lírica flamígera ni bombo a negras. Guitarreo y melodía, decíamos, suscribiendo los usos y las costumbres delrock independiente clásico-clásico, pero con amplitud de miras y mucho fondo de armario argumental. Aquel estreno en largo impulsó a los vizcaínos –disculpen, todavía no les hemos presentado: Goiko, Julen, Guille y Claudio–lejos de su verde terruño. Durante los dos ejercicios siguientes sumaron casi setenta conciertos, actuaron en unos cuantos festivales de referencia y destinaron parte del dinero asignado por el circuito Girando Por Salas para publicar el sencillo “Verbena en la plaza del pueblo”–marzo de 2015–a través de Cuatro Barbas, su propio sello discográfico. Con “La Luz”, su novísimo trabajo, Señores mueven fichas por el tablero de nuestra música popular sin renunciar al firme paso que les caracteriza. Y todas ellas avanzan. La del sonido gana varias casillas gracias a la grabación y mezcla realizada por Santi García. El músico y productor catalán, faro indiscutible de nuestro indie-punk-rock, firma un trabajo altamente inflamable, que acentúa grosores y densidades sin renunciar al matiz. Nada que envidiar a los popes del guiri, créanselo. Con la ficha de la composición ocurre lo mismo. El grupo ha asumido el riesgo de lanzar los dados jugando un doble o nada que prefiere subrayar en los extremos, en los posibles territorios de conflicto, alejándose del tibio infierno de la nadería. En algunas canciones suenan más pop que nunca. Y en otras resultan más abrasivos, tensos y esquinados que de costumbre. Otra ficha que progresa, y de qué manera, es la de los textos. Más concisos que en anteriores entregas, pero también más elocuentes, fijan la mirada en las vergüenzas de la Vieja Europa, en el sempiterno sindiós de la sociedad de consumo o en la desastrosa anestesia normativa que rige nuestro día a día, entreverando los depurados renglones con un sentido del humor siempre procedente y varios guiños a la cultura pop.Estilosamente envuelto por Ion Zorrilla, comandante en jefe de Rodillo Gráfico, “La Luz”envía señales a primera vista, desde su brumosa portada. Señores saben que lejos del foco, en las zonas de sombra y, sobre todo, en las de penumbra, también se libran batallas que merece la pena contar.